Hace tiempo que pedí,
la cuenta.
Esperando a que vuelvas.
Fueron tantas las noches,
que quedé esperando,
a solas tu boca.
Sería como la sangre,
que corre por mis venas,
y que en mis inviernos,
se congelan.
Pero aun recuerdo,
el viejo sabor a ginebra,
que teñías de ausencia mi cabeza.
Ya no volveré a escribir,
por otro desamor,
mis noches están en vela,
junto a la luna,
las botellas, las cenizas,
incluso una foto,
que disipan las dudas,
de cuantas veces,
hicimos el amor.
La ceniza se pierde,
entre lagrimas de aceros.
Tachones y whiskys,
donde se hundían,
las médulas del amor,
que aun quedaron pedazos,
de aquel sueño.
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