martes, 14 de mayo de 2013

Jean Ryan - Un barco que navega

Porque el nada no existe,
cuando estoy a tu verá,
ni la luna es visible,
cerca de tus caderas,
para hoy y mañana,
nuestro amor eterno,
a la naturaleza.

Que las adversidades, no nos puedan,
que nos volvamos a perder,
como ese barco de papel,
que por el río navega,
sin rumbo ni timón.

Que nuestros labios no se engañen,
de sucios besos,
que las verdades sean mentira,
cuando el alcohol rebose,
por nuestros cuerpos.

No hablemos de caminos infinitos,
ni de tesoros escondidos.
Que la tristeza se valla volando,
como el gorrión de los arboles,
que se marcha cuando llega el invierno.

Nuestras ventanas quedarán abiertas,
por el horizonte un viejo sol,
se nos acerca,
como esa botella de vino,
que cuando broto,
nos colocamos.



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