Deja que te hable la mar,
cuando estabas tristes,
y tu llanto, eran un pedazo,
de el y la soledad.
Caminos donde las flores,
abundan para darnos olor,
en las noches a la luna,
sin ropa y con música psicodélica.
Bailando en la oscuridad,
solo, sin nadie ,
que te pueda mirar,
y tus sentimientos vallan,
dados de la mano con la amapola,
que se revela contra dios,
revindicando que había vida,
y que había argumento contra la religión.
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