Aquella luna, aquella penumbra,
donde las noches,
se hacían amenas,
con aquella bonita canción,
y la foto tuya; amapola.
Donde están las estrellas,
no tienen luz,
desde que en abril se fundió,
porque las noches de Sevilla,
se enfurecían.
El rosal, se quedo sin color,
porque a las mañanas,
el alba les falto.
Tu viento, desvanece,
y todas las flores,
te echan de menos.
Déjame darte la mano,
veras lo que hay junto,
de mi,
y espero a ver de nuevo,
a solas contigo la luna.
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