lunes, 6 de agosto de 2012

Rima LVIII

No duermo de noche,
ni tampoco de día,
mi cuerpo habita en el tiempo,
conoce los astros,
el anochecer y el amanecer,
los días de niebla,
y los días malos.

Por mucho que busquéis,
mi alma esta inerte,
en un mundo perdido,
en el mundo que me extravié,
discutiendo cual de los colores,
cual de ellos es el mejor.
Mi felicidad crece con las horas,
cuando yo me veo solo,
cuando veo que no hace falta,
 gente a mi vera,
solo fuego para calentar en invierno,
las noches que pasare enteras,
leyendo hasta despertar en las aceras.
                                                                                             Jean Ryan

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